Construir en un aeropuerto no es como construir en ningún otro lugar. Cada movimiento, cada herramienta y cada decisión deben ejecutarse bajo un protocolo milimétrico, donde la seguridad y la coordinación son tan importantes como el diseño mismo.
En el caso del proyecto Dunkin’ Donuts del grupo NGR, desarrollado en el Aeropuerto Internacional Alfredo Rodríguez Ballón de Arequipa, el desafío fue claro: implementar un espacio funcional y atractivo dentro de uno de los entornos más controlados del país.
1. Un entorno en funcionamiento continuo
Las obras aeroportuarias exigen un estándar de precisión y seguridad operacional muy por encima del promedio.
Mientras el aeropuerto sigue operando 24/7, el equipo de obra debe adaptarse a horarios nocturnos, zonas restringidas y regulaciones dictadas por la DGAC (Dirección General de Aeronáutica Civil) y la concesionaria AAP.

🛫 Cada acción debe ejecutarse sin interferir con la operación aeronáutica ni con el flujo de pasajeros.
“En un aeropuerto, la planificación no solo es técnica, también es operativa. Cualquier movimiento, por mínimo que sea, puede impactar en la seguridad del entorno, por eso cada paso se valida, coordina y documenta previamente.”
— Jacqueline Reyna, Jefa de SSOMA en CREVAL
2. Seguridad: la prioridad innegociable
La gestión SSOMA (Seguridad, Salud Ocupacional y Medio Ambiente) en un aeropuerto exige una trazabilidad total.
Cada trabajador pasa por acreditación, control de accesos, inducciones y protocolos de comportamiento específicos.
Además, los sistemas de supresión de polvo, control de ruido y rutas de evacuación deben cumplir normas internacionales.

“Construir en un aeropuerto significa garantizar cero interferencias y cero accidentes. Cada persona y cada herramienta deben estar acreditadas. La seguridad es total o no es seguridad.”
— Jacqueline Reyna, Jefa de SSOMA en CREVAL
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3. Coordinación al milímetro
Los equipos de CREVAL trabajaron en ventanas operativas nocturnas, con tareas planificadas al minuto.
La coordinación entre contratistas, logística de materiales y supervisión técnica permitió avanzar sin afectar el tránsito de pasajeros ni las operaciones del terminal.

Cada ingreso, traslado y maniobra debía ser autorizado con antelación. En un entorno así, no hay espacio para la improvisación.
“El éxito está en la sincronización. Cada actor —técnico, contratista o supervisor— debe entender que su minuto cuenta. La coordinación no es una etapa, es una cultura.”
— Jacqueline Reyna, Jefa de SSOMA en CREVAL
4. Planificación y control documental
Además del diseño e implementación del módulo Dunkin’ Donuts, el reto estuvo en la documentación:
reportes diarios SSOMA, matrices de riesgo actualizadas, permisos de trabajo específicos y validaciones por parte de la concesionaria.
En un entorno así, cada documento es tan importante como el plano mismo.
La planificación no solo es técnica: también es normativa y administrativa.
“El control documental es la base de la trazabilidad. Si algo no está registrado, no existe; y en un aeropuerto, nada puede quedar al azar.”
— Jacqueline Reyna, Jefa de SSOMA en CREVAL
5. Cultura preventiva y excelencia operativa
Más allá del resultado final —un espacio moderno, funcional y alineado a la identidad de Dunkin’ Donuts—, este tipo de proyectos fortalecen una cultura interna basada en la prevención, la disciplina y el cumplimiento.

“Construir en un aeropuerto es garantizar excelencia operativa con seguridad, precisión y control en cada proceso. Es demostrar que se puede construir con exigencia y cuidado a la vez.”
— Jacqueline Reyna, Jefa de SSOMA en CREVAL
En CREVAL, cada obra es una lección en precisión.
Pero en un aeropuerto, esa precisión se convierte en arte: diseñar, coordinar y construir sin margen de error.
